En memoria de nuestros perros

Teníamos dos labradores. Se llamaban Laura y Mark.

Laura era la hembra blanca. Ella se sentaba, se tendía en el suelo, descansaba, caminaba a nuestro lado, saltaba, giraba y nos traía algo, si se lo pedíamos. Pero su objetivo era siempre la comida, porque era comilona. Éramos indulgentes con ella. Cuando yo comía algo en la mesa, ella saltaba a la silla detrás de mí, en el espacio entre mi espalda y el respaldo de la silla, y se inclinaba hacia delante para ver mi comida. No le gustaba el champú. Cuando oía la palabra champú, subía al primer piso y se fingía estar dormida en el sofá.

Mark era el macho negro. Él era un año más joven que Laura. Era extrovertido y temerario. Sabía tantas órdenes como Laura, pero no podía concentrar su atención en nuestra orden. Le gustaban las pelotas y las perseguía. Ladraba a los perros y personas que pasaban delante de nuestra casa, pero era obediente con los miembros de nuestra familia. Se tumbaba boca arriba, mostrándonos su vientre, y parecía feliz cuando se lo acariciábamos. Tenía miedo a los fuegos artificiales. Cuando oía el ruido, empezaba a andar de puntillas, y se ocultaba en el rincón del baño.

Pasamos un tiempo feliz con ellos. Eran miembros importantes de nuestra familia. Pero murieron uno tras el otro. Mark tenía 11 años, y Laura 13. Celebramos funerales para ellos. También celebramos las ceremonias del aniversario de sus muertes.

※この文章はスペイン人の先生の添削を受けて修正済みです。

この文章をもとにした練習

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